UN PUENTE MUY FRANCÉS IV: SAINT EMILION

Y se acabó nuestra escapada de cuatro días a Francia con una visita a Saint Emilion, un lugar que no pueden dejar de visitar los amantes del vino y de los paisajes maravillosos, ubicado a media hora de Burdeos.

Yo, como buena riojana, adoro el vino y conocer y catar todas las variedades que hay, así que nos alojamos en este chateau tan mono y romántico. 🙂 Lo genial es que solo tiene dos habitaciones y una mujer muy peculiar que lo llevaba y que nos trató como si fuesemos de la familia. Había otra pareja -española- alojada y la dueña -francesa- nos hizo una cata -en inglés- de dos de los vinos que elaboran y acabamos con dos botellas vacías, dos parejas extrañas compartiendo las chucherías y patatas fritas que teníamos cada uno y hablando como si nos conociéramos de toda la vida. Surrealista y de lo más divertido. Jajajaja

Después de descansar en una cama inmensa y desayunar como campeones, fuimos a pasear por los viñedos y bodegas que había a nuestro alrededor, hasta llegar al pueblo. Estábamos a menos de 1 km. y hay caminitos maravillosos que te llevan sin ver ni un coche.

Para ese día, como me conozco a mi marido y me mete por caminos de cabras, me puse mis maravillosas zapatillas marrones, que ya me has visto varias veces (AQUÍ y AQUÍ) y que me sacan de un apuro sin perder el toque arreglado. Además de ser super cómodas.

Cuando no sé la temperatura que va a hacer voy con un montón de capas, como en este día que llevaba un jersey de Algo bonito de esta temporada, con unos puntitos metálicos y bastante ancho, vamos comodísimo y con ese punto arreglado, como todo lo que intento comprarme. La chaqueta de Stradivarius de hace unos años, me parece super práctica para diario, al ser se algodón con un punto elástico, pero con la sobriedad de una blazer. Y mi compra estrella de esta temporada: el abrigo peludito y calentito de Zara. Y, cómo no, un fular con color y que abrigue, como éste de Nice Things que también me has visto AQUÍ.

Siempre que puedo voy con colores claros en invierno, hay que darle un toque de color al aburrido y oscuro a esta época tan oscura. 🙂 El beige me encanta porque puedes combinarlo de maravilla con cualquier color y, mezclado con rojos y marrones me parece que le da ese toque divertido al look que tanto me gusta, como ya has podido ver en mis posts. 🙂

Lo guay de andar sin rumbo y perderse un poco es que te encuentras sitios tan curiosos como esta bodega excavada en la roca y con el viñedo encima. No se puede ver bien, pero dentro había unos cuantos nichos con botellas y barricas al alcance de cualquiera. Da gusto estar en una zona tan tranquila y con esta confianza.

Combina prendas más arregladas, como un abrigo de pelo o una blazer, con zapatillas y ya verás como suavizas los dos estilos, integrándolo todo. Yo intento que el abrigo y el calzado sean de la misma gama de colores… manías que tengo.

Te recomiendo que vayas a esta zona, el pueblo de origen medieval es precioso, todo de piedra y muy cuidado, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, tanto por su patrimonio histórico como sus paisajes de viñedo; además cuenta con la iglesia monolítica más grande de Europa. Si quieres saber más, entra en http://www.saint-emilion-tourisme.com/